Leñador (1.2.02)
Fundición en bronce, 223cm x 140cm x 150cm
Curvado por el peso de los troncos y ramas sobre sus hombros, el leñador, con una gran expresión de cansancio, camina trabajosamente. El cuerpo semidesnudo no es el de un joven, sino que es el de un hombre maduro acostumbrado al trabajo extenuante.
Su rostro expresivo demuestra su cansancio. Sin embargo, está aún lejos de llegar al límite de sus fuerzas. Está cansado, sí, pero pareciese poder seguir, sus fuerzas tal vez inagotables.
Es una escultura obviamente lograda con una maestría impecable. Hannaux nos muestra un leñador que podría llevar la leña como si tal cosa, sin muestras de extenuamiento, y sin embargo no sólo lo muestra en el ocaso de su vida sino que probablemente además cargue con todo el cansancio de un día muy trabajoso. Es decir, hace un retrato honesto, poco idealizado, del trabajo duro de un leñador, que no resulta sin embargo patético, sino más bien realista. A estos fines, su postura corporal ha sido profundamente estudiada, su espalda forma una curva que junto con el brazo derecho adelantado y apoyado en la larga vara que contiene una gran masa de aire; elemento que dota a las esculturas de bulto de naturalismo y gran capacidad de mímesis.
La forma en que los brazos y las piernas se mueven dibujan una ese que podría desequilibrar la figura, ya que el pie derecho está levantándose sutilmente para continuar el paso mientras que el izquierdo sostiene el total del peso (y posiblemente esté vaciado en bronce macizo mientras que las partes superiores contengan mayor cantidad de aire), pero la inclusión de la vara que el hombre hace descansar sobre el hombro derecho estabiliza visualmente la escultura.
Es una pieza de gran naturalismo y expresión, de gran presencia, impecable en la factura, que no esconde en lo absoluto el talento de su autor.