La cadena láctea en Argentina se caracteriza por presentar una estructura primaria conformada por unos 8.700 tambos, localizados en las diversas cuencas lácteas, una industria procesadora estratificada, con la presencia de pocas grandes empresas y varios centenares de pequeñas y medianas firmas, y un sector de distribución minorista fuertemente concentrado en pocas y grandes cadenas de hiper y supermercados, la mayor parte de ellas de capitales transnacionales.